Reinventarse es difícil

Hay conceptos que están de moda; reinventarse, transformación digital, pivotar, emprendimiento… Parece que si no te estás reinventando, estás poniendo en peligro tu vida profesional.

Cientos de libros y miles de artículos de internet te explican cómo liderar con éxito esta transformación. Pero pocos analizan por qué es difícil reinventarse, sobre todo cuando tienes muchos años de experiencia.

Creo que es necesario llenar ese vacío para que, llegado el momento, comprendas esas fuerzas que bloquearán tu transformación.

Escribo este texto en nuestro 26 aniversario. Nuestros consultores están encantados con su experiencia novanotio, somos la consultora de referencia de nuestros clientes y buscamos más ingenieros de los que conseguimos encontrar. Sin embargo, es cuestión de tiempo que una disrupción digital arrase nuestro sector.

Una situación perfecta para reinventarse, pivotar y hacer una transformación digital, ¿verdad?

7 motivos por los que es difícil reinventarse.

1. La pereza de la sabiduría.

Gracias a nuestra experiencia, somos conscientes de las enormes dificultades de realizar una nueva actividad empresarial. No es que creamos que va a haber problemas, es que conocemos con detalle cada uno de los obstáculos que vamos a encontrar.

Siempre digo que creamos novanotio porque no sabíamos que era imposible.

2. El conocimiento estadístico.

Solo un pequeño porcentaje de las start-up consigue alcanzar el éxito, -si entendemos como éxito colocar tus acciones a una multinacional-. El porcentaje de emprendedores que consigue beneficios es todavía menor.

Cuando estás acostumbrado a dar resultados, embarcarse en una aventura con probabilidad de éxito inferior al 1% es poco motivador.

3. El cambio del foco de actividad.

No tiene sentido quemar tu dinero si el porcentaje de éxito es inferior al 1%.

Así que, cuando emprendes o te transformas o pivotas, tu foco pasa de resolver el problema de tu cliente a levantar dinero en rondas de financiación.

Y creo que somos solventes creando soluciones tecnológicas, pero muy torpes pidiendo dinero. ¿De verdad queremos dedicarnos a algo que se nos da francamente mal?

4. El coste de oportunidad.

Cuando tienes una empresa optimizada para realizar una función, pues eso, está optimizada.  Si dedicas tiempo a otras actividades es a costa de la atención a tus clientes actuales.

¿Vas a sacrificar la calidad de tu trabajo persiguiendo unos beneficios que no llegarán en el 99% de los casos?

5. El Retorno de Inversión o ROI

Da igual si el dinero es tuyo o de inversores, todos queremos que el retorno de inversión sea rápido.

Y en nuevas actividades empresariales, el retorno de inversión típico está en torno a los cuatro o cinco años. Es sencillamente demasiado tiempo.

Sentirás la presión de tus inversores o, peor incluso, la tuya propia. No es una sensación agradable.

6. El peso de tus errores

Acabo de superar la barrera de los 50. En este tiempo he tenido -como todo el mundo- éxitos y fracasos.

Sin embargo, nuestro cerebro está diseñado para recordarte tus fallos, para que no los olvides, para que aprendas de ellos. Un impresionante avance evolutivo que nos ha colocado en la cúspide de la pirámide alimenticia, a costa de nuestra felicidad.

Con el paso de los años, el peso de nuestros errores se vuelve abrumador. Te sientes como Sísifo empujando una piedra que crece con cada iniciativa estéril.

Como medida de autoprotección, te centras en conseguir éxitos, en hacer lo que sabes que sabes hacer bien. ¿Quién quiere arrastrar una piedra cada vez mas pesada?

Lo llaman zona de confort.

7. La falta de pasión

Si vas a enfrentarte a tu sabiduría, luchar contra la probabilidad y quizás arrastrar el peso de otro fracaso, necesitas encontrar un desafío que te apasione. Y no es fácil encontrar un problema tan seductor que te empuje fuera de tu zona de confort.

Reinventarse es cambiar pájaro en mano por ciento volando. Si la principal cualidad de un emprendedor es la resiliencia, la pasión es el combustible que alimenta su energía.

Por eso es más fácil reinventarse cuando eres joven. No es que tu piedra de Sísifo sea más liviana, es que es más fácil enamorarse.

Marc Andreeseen, uno de los pensadores más influyentes de Silicon Valley, da este consejo a los jóvenes: «No sigas tu pasión. En serio, ¡no sigas tu pasión! Es probable que tu pasión sea más tonta e inútil que cualquier otra cosa. Tu pasión debe ser tu pasatiempo, no tu trabajo. Dedícate a ella en tu tiempo libre.»

Marc sabe que cuando tienes experiencia, no te hacen falta advertencias sobre la pasión.